Hotel Font d'Alcalà

Rutas y escapadas por

LAS MONTAÑAS

de Al-Azraq

Ven a pasear o a montar en bici entre campos de almendros y cerezos en flor; a hacer senderismo por peñas, lomas y colinas, entre bosques de pinos y encinares. A disfrutar de paisajes llenos de paz, armonía y calma. En nuestro hotel disponemos de itinerarios señalizados que podéis realizar por vuestra cuenta y, cada mes, programamos rutas guiadas, acompañadas de irresistibles propuestas gastronómicas. Bienvenidos a la Vall d’Alcalà, un pequeño universo donde la vida transcurre de forma lenta y sosegada y las piedras susurran historias centenarias.

Cosas que hacer en
LA VALL D'ALCALÀ

Paraíso entre montañas
La Vall d’Alcalà es un valle entre valles rodeado de montañas indómitas y solitarias, donde sigue resonando el eco del caudillo musulmán Al-Azraq, el único que se levantó contra el rey Jaume I, así como el de nuestros antepasados sarracenos, que habitaron estas tierras durante casi nueve siglos. Ven a descubrir y a disfrutar de este rincón de naturaleza serena, agreste, fiera, casi intocada.
Despoblados moriscos
Muy cerca de nuestro hotel se encuentra el despoblado morisco de l’Adzubieta, el más grande y mejor conservado de todo el territorio español. Aquí aún es posible sentir con nitidez la huella de nuestros antepasados andalusíes, expulsados de manera terrible en 1609. Otro despoblado que vale mucho la pena visitar es el de La Queirola, en Beniaia. Pero hay más, y una ruta circular enlaza varios de ellos.
Un paseo a Beniaia
La Vall d'Alcalà la conforman dos núcleos de población: Alcalà de la Jovada y Beniaia, que juntos suman 200 habitantes. Los dos rezuman la esencia de los pueblos de interior, pequeños y casi aislados. Desde Alcalà se puede ir caminando a Beniaia en poco más de una hora. Te sorprenderá este pueblecito lleno de encanto, con sus dos únicas calles,
la de arriba y la de abajo y su
maravilloso lavadero.
La Penya Foradà
Es el gran icono de piedra de la Vall d'Alcalà y de su hermana, la Vall de Gallinera. Hay mil maneras de subir a este peña, que se alza a 732 metros de altitud y justo en la mitad de la sierra a la que da nombre, y que sirve de frontera entre los dos valles antes mencionados. La excursión hasta el «forat» -el agujero- es un paseo maravilloso apto para todas las edades, tanto en su versión corta
como la larga.